En 1.952, cuando trabajaba en el ayuntamiento
de Säynätsalo, Alvar Aalto compra unas tierras en la isla de
Muuratsalo situada en medio del gran lago Päijänne, en el centro de la
Finlandia septentrional. La isla en esa época estaba deshabitada y era
accesible tan solo por medio de pequeñas embarcaciones.
Bajo la supervisión de Aalto, este
encargará una embarcación a un constructor local. La embarcación debería ser
manejable en aguas poco profundas por exigencias del contexto. Él redibujaría
incansablemente los planos hasta dar con una solución que le satisficiese
personalmente. Llamará a su barco “Nemo propheta in patria” que
significa “Nadie es profeta en su propia tierra”, nombre por el cual se
hace referencia a la falta de interés de su pueblo hacia su arquitectura
mientras que internacionalmente era reconocido.
En 1953
construirá una casa de vacaciones complementada con pequeños edificios auxiliares,
para el descanso pero también destinada a poder trabajar con sus colaboradores.
La casa es un
gran volumen de planta cuadrada que preside una especie de aldea que el
arquitecto no llegó a completar. Este volumen se asoma al lago, mientras la
línea de pabellones configura, junto a una peña, un recinto que los recoge y
oculta entre el arbolado. Las funciones de estos pabellones son: una casa para
invitados, un porche a modo de almacén, unos muros de ladrillo y un estudio de
pintor para el arquitecto. Además también se encuentra una sauna de humo
finlandesa en una cala arenosa a la orilla del lago.
Esta casa integra una gran cantidad de ideas
y conceptos. Es una especie de manifiesto arquitectónico construido. Pero al
contrario que en sus manifiestos, aquí, también se plantean las dudas.
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